Una red social/profesional es ese concepto que escuchamos tantas veces todos los días, el cual marca la diferencia entre la comunicación tradicional y la comunicación más actual (2.0). Fortalece sus brazos asombrosamente a medida que tiene lugar una rápida acción de marketing viral en el transcurso cotidiano de cualquier actividad empresarial, social o personal.
Recientemente han llegado a mis manos diversas publicaciones que mantienen como fondo principal el proceso de comunicación que tiene lugar dentro de un campo de trabajo virtual y el nuevo ecosistema en el que las personas implicadas se relacionan, así como los roles que éstas juegan. Una de las conclusiones que más gratamente me ha sorprendido se centra en la importancia que la tecnología implicada en estos procesos ejerce a la hora de fomentar la interacción social entre los miembros de la comunicación.
En el año 2004, con el nacimiento de la red social Facebook, se originó este nuevo proceso de comunicación basado en las nuevas tecnologías. Su aceptación fue tal, que año tras año como mínimo se duplican sus usuarios, alcanzándose una cifra de 350 millones de usuarios en el pasado año 2009, de los cuales, aproximadamente 8 millones corresponden a España. La comparación con otros medios de comunicación tradicionales es vertiginosa si tenemos en cuenta que, por ejemplo, la radio tardó 38 años en conseguir 50 millones de usuarios. Aún hay más, actualmente tres de los cuatro términos más buscados en internet son nombres de redes sociales.
Dentro de la red social Facebook, al igual que en otras muchas, se origina una tremenda acción de lo que denominamos “Pegamento social”, fruto de la sensación de arropamiento que nos invade al compartir experiencias y emociones con otras personas semejantes, que además nos consuelan en el momento en que lo necesitamos y acudimos a ellas como si de un verdadero amigo se tratase.
Precisamente esto, las nuevas concepciones que añadimos a los significados de varios términos, son el espejo de una onda expansiva a favor de las relaciones 2.0., uno de los principales beneficios viene dado porque estas redes facilitan el mantener contacto con personas de muy distintos ámbitos profesionales y sociales, fomentando con ello las interrelaciones, además de permitir abrir vías de comunicación o incluso, de negocio, siempre bajo el paraguas de “amigos en la red”. Realmente, el concepto de amistad se ha extendido hasta englobar en él a un grupo de personas con las que hemos coincidido dentro de un espacio virtual determinado, que en verdad no son más que compañeros de red. Si consideramos amistad a este tipo de relación, es evidente que la intimidad, aunque intentemos restringirla, disminuye considerablemente, pues exponemos una cantidad de información personal dentro de estas redes que no ofrecemos al mismo nivel de confianza en el transcurso de una relación “cara a cara”.
Tras este nuevo matiz en los términos, las empresas no tardaron en darse cuenta de la enorme oportunidad que la comunicación 2.0 les brindaba. Para ellos, estas relaciones online se tradujeron en networking, el cual es mucho más fácil de implantarse hoy en día, dado el vínculo de prescripción-confianza que tiene lugar entre los componentes de las redes sociales.
En particular, dentro de esta reciente actualización de vocabulario, hay ciertos términos que habría que destacar, entre ellos la inclusión del término: “prosumer” (producer + consumer). Este es un término acuñado en 1980 por Alvin Toffler, futurólogo. Pero ya en 1972, Marshall McLuhan y Barrington Nevitt, en la publicación Take Today, predijeron su significado al afirmar que la tecnología electrónica permite al consumidor ser productor de información a la vez. Quizás esta sea la clave de las redes sociales, que hacen posible que una persona se comunique dando y recibiendo a partes iguales, por lo que el beneficio es mutuo; al contrario que en la comunicación 1.0, donde los consumidores no participan aportando su información y solamente la absorben.
Solamente hemos mencionado un conjunto de novedades indiscutibles dentro de las 2.0, pero todos somos conscientes de que esta onda se ha expandido a tal velocidad que ha empujado, ya no sólo a las empresas, sino también a aquellas personas que forman parte de la sociedad actual, hacia una era de progreso, evolución, relación y comunicación, que demasiado dista del concepto de relación que no hace mucho nos rondaba la mente. Como muestra de tal expansión, cabe indicar que si comparamos los usuarios de Facebook con los habitantes de un país, Facebook sería el cuarto país más poblado, por delante de Indonesia y Brasil.
En definitiva, lo que pretendo con este artículo es reflexionar, sobre el entorno que nos rodea actualmente, y los valores y principios de marketing y comunicación que rigen hoy en día el mercado. Algo en lo que está inmerso el 80% de los internautas y que está revolucionando hasta los pilares de las empresas más tradicionales del mundo, debe de beneficiar enormemente a quienes se alíen a ello adecuadamente, la cuestión es buscar y encontrar el camino que nos lleve a ese progreso.
“Internet es positivo porque nos une, nos conecta, el estar conectados nos prolonga la vida y no solamente añade años a la vida, sino vida a los años” Luis Rojas Marcos (Psiquiatra)
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