“Busco personas con talento”,
esta es una frase demasiado repetida hoy en día, por parte de emprendedores y
empresarios, cuando necesitan encontrar nuevos valores para sus proyectos.
Cuando se escucha talento, se
abre un mundo de posibilidades, ya que no todo el mundo entiende de la misma
forma este concepto, pero en lo que la mayoría de los responsables de recursos
humanos coinciden, es en entender que la persona con talento debe reunir cinco
aptitudes:
Liderazgo, entendiendo por liderazgo la capacidad de dirigir a un
grupo, haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo en el logro de metas y
objetivos. También se entiende como la capacidad de tomar la iniciativa,
gestionar, convocar, promover, incentivar y motivar a un grupo o equipo. Líder
no es el jefe, líder es el que acompaña, el que facilita y apoya la toma de
decisiones conjuntas.
Ligado a la anterior aptitud se
encuentra el saber trabajar en equipo,
compartir objetivos, metas, saber que todos somos uno y que podemos contar con
una mano amiga que nos apoyará a mejorar o superar nuestras dificultades, y en
esta labor el líder, la persona talentosa, tiene mucho que decir, debe apostar
por el equipo, conseguir aunar muchas voces y convertirlas en una única voz, en
una única mano que ejecuta ideas y proyectos.
Fundamental también, se considera
el poseer iniciativa, deseo de
experimentar, convencer de que lo “imposible es posible”, con imaginación,
creatividad y talento… todo es realizable, es necesario convencer de que las
cosas se pueden hacer.
Para conjugar todos estos
elementos no debe faltar la capacidad de
razonar, de sacar conclusiones, de escuchar y transmitir ideas efectivas,
saber aquello que es bueno o malo para todos abandonando las individualidades.
Y por último, la persona con
talento debe ser capaz de comunicar,
transmitir ideas, pensamientos, lograr compenetración entre todos, facilitar el
trabajo sabiendo que todos somos importantes en un equipo y que la información
debe hacer fuerte al grupo.
Quizás la palabra que sea capaz
de unir todas las capacidades, aptitudes y actitudes de una persona con talento
o talentosa es: PASIÓN, pasión por
el trabajo, por la innovación, por la aventura, el desafío…
Talento y pasión deben unirse
para lograr que el trabajo sea un éxito, que la motivación sea el empuje que
cada día nos hace abrir la puerta de nuestra oficina y querer sacar adelante
los proyectos, que los problemas sean un aliciente a superar y no un obstáculo
insalvable, y que las personas que nos rodean se conviertan en nuestros mejores
compañeros de viaje.
Los
mejores no piensan en ellos, piensan en el equipo. Anteponen las necesidades de
los demás a las propias, si eso ayuda a conseguir resultados comunes. Comparten
información para ayudar a mejorar el trabajo. Colaborar es su objetivo, no
competir.
Me gustaría terminar con una historia anónima,
sobre la importancia de poseer personas con talento, que reúnan todas y cada
una de las aptitudes que hemos comentado anteriormente:
“Había
que hacer un trabajo muy importante y “Cada uno” estaba seguro de que “Alguien”
lo haría. “Cualquiera” pudo haberlo hecho, pero “Ninguno” lo hizo. “Alguien” se
disgustó por eso, ya que el trabajo era de “Cada uno”. “Cada uno” pensó que
“Cualquiera” podría hacerlo, pero “Ninguno” se dio cuenta de que “Cada uno” lo
haría. En conclusión, “Cada uno” culpó a “Alguien” cuando “Ninguno” hizo lo que
“Cualquiera” podría haber hecho”.
En
conclusión, podemos decir que la persona con talento es capaz de alcanzar el
éxito no haciendo cosas extraordinarias, sólo haciendo las cosas ordinarias de
manera extraordinariamente bien.
“Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la
suerte pueda ser cuestión de talento “ (Jacinto Benavente)
Rafael
Sancho Zamora
Director
Fundación CEEI Talavera de la Reina - Toledo
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