miércoles, 24 de abril de 2013

CONFIRMING Y PIGNORAR

Autor: Rafael Sancho, Director CEEI Talavera de la Reina-Toledo
 
CONFIRMING
Con este término queremos referirnos a un servicio, normalmente ofrecido por las entidades financieras, a través del cual a los proveedores se les permite gestionar, anticipadamente, el cobro de una factura con fecha de vencimiento posterior. Lo que debemos dejar claro desde el principio es que con este sistema se gestionan pagos, y en ningún momento, deudas.
El Confirming pone en relación a tres agentes implicados: cliente, proveedor, estos dos normalmente empresas, y entidad financiera. El proceso lo inicia el cliente, que acuerda la apertura de una línea de crédito contra confirming, lo continua el banco que aprueba esta línea de crédito, y lo finaliza el proveedor que a cuenta de la misma, cobra anticipadamente la factura procedente del cliente.
Este proceso así de fácilmente explicado, es algo más complejo, por una parte, no siempre es fácil para el cliente, lograr una entidad financiera que esté dispuesta a avalar, aunque sea mediante línea de crédito, el pago de facturas. Sin embargo, para el proveedor es una excelente solución a través de la que lograr el cobro de su factura, y finalmente para la entidad financiera, es una solución que normalmente sólo se ofrece a empresas con una buena trayectoria de cobros.
También debe tenerse en cuenta que la utilización de este sistema de gestión de pagos implica una serie de gastos: el cliente debe pagar los intereses acordados por la línea de crédito, y al proveedor se le descuenta de la factura ciertos gastos financieros. Frente a esto, también hay una serie de ventajas: el cliente consigue una buena imagen frente a terceros, ya que sus pagos están avalados, y evita los costes de emisión de cheques y pagarés, y el proveedor, consigue cobrar sus facturas prácticamente al contado, y para finalizar, la entidad financiera recibe los beneficios que le reporta la línea de crédito abierta por el cliente, así como la comisión soportada por el proveedor por el anticipo de la factura y los intereses correspondiente al tiempo por el que ha anticipado el cobro.
En cualquier caso, también debemos decir que este sistema no será nunca aplicable a operaciones internacionales  y a empresas fuera de la zona euro. Terminaremos hablando de una curiosidad, debemos decir que este término esta registrado en exclusiva, como marca, por una entidad financiera española, pero el resto de entidades lo utilizan sin que haya ningún problema.
PIGNORAR
Casi todos hemos tenido o tenemos hipotecas, y conocemos su funcionamiento, sin embargo si hablamos de pignoración, la cosa se complica un poco más, y curiosamente la base jurídica de ambas es la misma: ofrecer una garantía (en este caso, normalmente valores mobiliarios…) que responda de una obligación, normalmente de pago.
Según la definición de la Real Academia Española (RAE), pignorar es el acto de dar o dejar en prenda. La pignoración como tal está regulada por el Código Civil, y su funcionamiento, explicado de manera sencilla es así: Cuando una persona adquiere un préstamo, o solicita un aplazamiento en el pago de una deuda, impuestos, etc., puede dejar un bien mueble en pignoración, lo que significa que la posesión de ese bien pasa a ser del acreedor y en caso de que se produzca un incumplimiento de la obligación de pago, podrá venderla en subasta pública, es decir, en ningún momento podrá quedarse con el bien, debe sacarlo a subasta, y sólo en el supuesto de que la subasta quede desierta, puede quedarse con el bien, ofreciendo carta de pago.
Debemos de tener en cuenta varios aspectos más en este tema: para que el bien ofrecido en pignoración no pueda ser embargado por terceros, debe constar en documento público. Por otro lado, el acreedor no está obligado a vender en subasta el bien, si este hubiera perdido el valor por el que se entregó, puede optar, con la autorización judicial oportuna, por embargar otros bienes o derechos del acreedor para cobrarse la deuda, devolviendo el bien que no ejecuta.
Para finalizar debemos decir que también se pueden pignorar otros bienes como: cuentas corrientes, plazos fijos, fondos de inversión, etc., pero en este caso la pignoración se complica ya que no se pueden sacar a subasta pública, en otros casos como las cuentas corriente o plazos fijos se proceda a compensación de deudas, y si son fondos deben venderse.
En cualquier caso, parece que la pignoración comienza a ser más utilizada y reconocida como garantía de cobro por parte de muchas entidades, como salida alternativa a los préstamos hipotecarios.

martes, 9 de abril de 2013

Deflación y Método Just in Time

Autor: Rafael Sancho, Director CEEI Talavera de la Reina-Toledo
 
El Método Just in Time (anglicismo que se traduce como Método Justo a tiempo), es conocido también como Método Toyota, porque es un método de dirección industrial desarrollado en Japón en la década de 1970.
El padre de este método de dirección es Taiichi Ohno, quien adoptó en las plantas industriales de Toyota. Quizás la mejor forma de entenderlo es trasladar la definición que se utiliza por parte de mucho autores y por la cual JIT es «producir los elementos que se necesitan, en las cantidades que se necesitan, en el momento en el que se necesitan», es decir, lo que se pretende con este método es eliminar al máximo el stock de fábricas, ya que se produce sobre pedidos reales y no sobre suposiciones, lo que aumenta la productividad, reduciendo el costo de gestión y las pérdidas en almacén.
Las principales metas que se buscan con el Just in Time son:
-Cero defectos: los empleados reciben la orden de eliminar el desperdicio, lo que está directamente enfrentado con el método tradicional de producción, donde el desperdicio es algo normal y por tanto producir con cero defectos es imposible.
-Cero inventarios: se pretende producir lo que se requiere exclusivamente, reducción al máximo e incluso reducir hasta lograr llegar a cero inventarios. En el método tradicional de producción, un exceso de inventario no sólo se considera normal, sino que es considerado un mal necesario.
Aunque su origen, tal y como hemos comentado, se encuentra en Japón, e inicialmente se habló de la dificultad de introducir este método en otros países, por estar muy vinculado a la sociedad japonesa donde la cultura del trabajo está por encima de la cultura del ocio, se logró implantar en Estados Unidos en la década de los 80, y se demostró su éxito. En el caso de España, también han existido algunos ejemplos de implantación del método Just in Time y se ha demostrado la viabilidad de incorporarlo en nuestro país.
Deflación
Se trata de la baja generalizada y prolongada, durante un período mínimo de dos semestres, según se define desde el Fondo Monetario Internacional, del nivel de precios de los bienes y servicios de un país. Sin embargo, no es un hecho muy frecuente. Durante el pasado siglo XX, la deflación fue un fenómeno casi extraordinario. Tan sólo se produce en la Gran Depresión de 1929 y luego en la década de los 90, cuando Japón sufrió una gran deflación.
El efecto principal de la deflación es la bajada de precios, y frente a ello nos encontramos con una subida del sueldo real de los trabajadores, y por tanto con un incremento de su capacidad de consumo. La deflación se produce cuando la oferta de bienes y servicios en una economía es superior a la demanda, el sector empresarial se ve obligado a reducir los precios para poder vender la producción y no verse obligado a acumular stocks.
Frente a la deflación, se encuentra la inflación, entendiendo como tal la subida generalizada de precios.

miércoles, 3 de abril de 2013

LA PARADOJA DE LOS MONOS Y LOS PLÁTANOS

En muchas ocasiones nos resulta complicado cuestionar una determinada forma de hacer cosas. Imagínate que entras a trabajar en una determinada empresa y te explican cuál es su manera de funcionar para que te adaptes a su sistema. Es posible que no comprendas la utilidad de algunas de las cosas que te explican. Sin embargo como eres nuevo prefieres callarte por si hay algo que se te escapa y ya tendrás tiempo de comprenderlo más adelante.
Pasa el tiempo y sigues sin entender porqué se hacen ciertas cosas de cierta manera. Piensas que puede haber alternativas mejores y quizá más productivas para la empresa. Un día te encuentras con uno de tus superiores y le expones tus dudas. Ante tu sorpresa, no recibes respuestas claras a tus preguntas. Te quedas con la impresión de que tu jefe tampoco sabe porqué se actúa en la empresa de determinada manera. Más tarde descubres que el jefe anterior ya permitía esa forma de trabajo. Y posiblemente los jefes anteriores también. El nuevo jefe tan sólo ha seguido los pasos de sus predecesores sin cuestionarse nada.
La paradoja de los monos y los plátanos explica esta situación. Personalmente cada vez que pienso en esta paradoja la relaciono con el ámbito laboral. Sin embargo se puede aplicar a cualquier ámbito, amigos o familia. Espero que os guste y os haga pensar:
“En un experimento se metieron cinco monos en una habitación. En el centro de la misma ubicaron una escalera, y en lo alto, unos plátanos. Cuando uno de los monos ascendía por la escalera para acceder a los plátanos, los experimentadores rociaban al resto de monos con un chorro de agua fría. Al cabo de un tiempo, los monos asimilaron la conexión entre el uso de la escalera y el chorro de agua fría, de modo que cuando uno de ellos se aventuraba a ascender un busca de un plátano, el resto de monos se lo impedían con violencia. Al final, e incluso ante la tentación del alimento, ningún mono se atrevía a subir por la escalera.
En ese momento, los experimentadores extrajeron uno de los cinco monos iniciales e introdujeron uno nuevo en la habitación.
El mono nuevo, naturalmente, trepó por la escalera en busca de los plátanos. En cuanto los demás observaron sus intenciones, se abalanzaron sobre él y lo bajaron a golpes antes de que el chorro de agua fría hiciera su aparición. Después de repetirse la experiencia varias veces, al final el nuevo mono comprendió que era mejor para su integridad renunciar a ascender por la escalera.
Los experimentadores sustituyeron otra vez a uno de los monos del grupo inicial. El primer mono sustituido participó con especial interés en las palizas al nuevo mono trepador.
Posteriormente se repitió el proceso con el tercer, cuarto y quinto mono, hasta que llegó un momento en que todos los monos del experimento inicial habían sido sustituidos.
En ese momento, los experimentadores se encontraron con algo sorprendente. Ninguno de los monos que había en la habitación había recibido nunca el chorro de agua fría. Sin embargo, ninguno se atrevía a trepar para hacerse con los plátanos. Si hubieran podido preguntar a los primates por qué no subían para alcanzar el alimento, probablemente la respuesta hubiera sido esta “No lo sé. Esto siempre ha sido así”.