Un niño que ha sido criado en la ciudad siente una gran emoción cuando va al campo y ve una vaca. Para él es una novedad, pero su sorpresa se diluye y se convierte en indiferencia cuando comprueba que hay muchas más vacas y que el animal forma parte del entorno. Sin embargo, la sorpresa inicial volvería a surgir si en el paisaje apareciera un rumiante azul.
Según Juan Mateo (Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, Máster en Gestión Financiera por la EEM y Diplomado por The Wharton School de la Universidad de Philadelphia, y actual Presidente y fundador de la consultora Training Lab), estos extraños animales son productos o servicios creados a partir de la desestabilización sistemática de la rutina y del cuestionamiento de los hábitos instalados en la cultura de la organización. Eso supone saltarse barreras y evitar frases como “las cosas siempre se han hecho así”.
Además, hay que tener en cuenta que las vacas azules son tanto ideas como personas, y un conjunto de medidas recomendables para tomar son las siguientes:
-Formar equipos multidisciplinares.
-Integrar a gente que aporte puntos de vista diferentes.
-Evitar el exceso de especialización.
El objetivo a perseguir es habilitar un entorno que fomente las ideas y en el que esté permitido cuestionarlo todo, además de alcanzar la capacidad de mantener el esfuerzo aplazando la recompensa, ya que es necesario aceptar los errores en la creación de nuevos conceptos y no esperar sólo los resultados a muy corto plazo. Para poder llevar a cabo estos procesos es fundamental que la Dirección de la empresa esté implicada también, inculcando la innovación y la creatividad a todos los niveles de la organización.
En resumen, innovar no es más que romper con las ideas preconcebidas y dotarse de una mentalidad abierta a la hora de enfrentarse a las nuevas situaciones.
Para finalizar, una frase de Jack Welch, ejecutivo del siglo XX: “Si no tienes una ventaja competitiva, no compitas”
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