Si realizáramos una encuesta para descubrir las verdaderas razones por las cuales los emprendedores deciden iniciar su propio negocio, nos encontraríamos con la realidad de que aproximadamente el 98% de los encuestados lo hace por diferencias con su jefe, por no querer dar explicaciones ni depender de nadie, por falta de trabajo en momentos de crisis, por querer ganar más dinero, etc.
Estos motivos son, en realidad, motivos por los que un negocio termina fracasando, pues son causas externas al emprendedor, que surgen en un momento y lugar determinados y que condicionan las decisiones tomadas dentro de dicho contexto.
Por el contrario, una vocación INTERNA, unos fuertes deseos de encaminar el rumbo de la vida profesional hacia ambiciones y sueños perseguidos, la satisfacción de desarrollar un negocio propio, las ganas de aprender y la realización personal; son motivos estables que provienen del interior de cada persona y que empujan a actuar. Realmente, estos motivos nacidos en las vísceras del emprendedor, se convierten en la base de cualquier negocio prometedor a largo plazo, en la verdadera motivación para emprender. Además están vinculados al concepto de trabajo y de vida que cada persona tiene, y a términos como pueden ser desarrollar, evolucionar, convertir, mejorar, trabajar, reflexionar, innovar, completar, realizar, etc.
Estos motivos son, en realidad, motivos por los que un negocio termina fracasando, pues son causas externas al emprendedor, que surgen en un momento y lugar determinados y que condicionan las decisiones tomadas dentro de dicho contexto.
Por el contrario, una vocación INTERNA, unos fuertes deseos de encaminar el rumbo de la vida profesional hacia ambiciones y sueños perseguidos, la satisfacción de desarrollar un negocio propio, las ganas de aprender y la realización personal; son motivos estables que provienen del interior de cada persona y que empujan a actuar. Realmente, estos motivos nacidos en las vísceras del emprendedor, se convierten en la base de cualquier negocio prometedor a largo plazo, en la verdadera motivación para emprender. Además están vinculados al concepto de trabajo y de vida que cada persona tiene, y a términos como pueden ser desarrollar, evolucionar, convertir, mejorar, trabajar, reflexionar, innovar, completar, realizar, etc.
Si una persona emprendedora se mueve por estos motivos, el primer paso ya está dado. No queremos decir que solamente con ese paso se pueda asegurar el éxito empresarial, pero al menos ya habremos superado el primer escalón que, junto a otros tantos, compone la pirámide hacia el éxito. El primer grano de arena estará depositado, nuestra pirámide estará en construcción.
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